Archivo mensual: febrero 2021

THE EXPANSE – TEMPORADA 5

Amazon Prime Video | 2020
Drama, suspense, ciencia-ficción | 10 ep. de 48-56 min.
Productores ejecutivos: Naren Shankar, Dan Nowak, Broderick Johnson, Andrew A. Kosove.
Intérpretes: Steven Strait, Cas Anvar, Dominique Tipper, Wes Catham, Shohreh Aghdashloo, Frankie Adams, Cara Gee, Chad L. Coleman, Nadine Nicole, Anna Hopkins, Keon Alexander, Jasai Chase Owens, José Zúñiga, Michael Irby, Sandrine Holt, Brent Sexton, Anna Hopkins, Bahia Watson, Jacob Mundell.
Valoración:

Alerta de spoilers: Describo por encima las tramas del año, y menciono la polémica con un actor que llevó a lo inevitable.–

La cuarta temporada de The Expanse llegó con el cambio de canal, de Syfy a Amazon Prime Video. Las altas expectativas generadas ante la exploración del universo a través del portal creado por la protomolécula se desvanecieron rápido y resultó un año bastante decepcionante, muy limitado en ambición y torpe en ejecución. La quinta etapa llega por lo tanto con la sombra de la duda sobre el rumbo de la serie.

Como en otras temporadas, hay dos tramos bastante bien diferenciados. El primero pega una remontada espectacular, vuelve a traernos a The Expanse tal y como la conocíamos.

Con tranquilidad y muy buena letra los guionistas dan un buen repaso a los protagonistas después de tenerlos tan dispersos. Los tripulantes de la Rocinante enfrentan los fantasmas del pasado que llevan arrastrando mucho tiempo, pero también empiezan a caer inexorablemente hacia los nuevos acontecimientos que se están gestando en el sistema solar. De esta forma, todo apunta a que estamos ante un remanso de paz, una reposición de jugadores en el tablero, que permita al espectador reconectar con los protagonistas y a los escritores preparar sus arcos de cara al lanzamiento del tramo final de la serie, que abarcará la segunda mitad de esta temporada y la sexta, ya anunciada como la última.

Amos Burton no puede evitar durante más tiempo dar un cierre a heridas abiertas, pues su madre ha fallecido. Retorna a Baltimore, su ciudad natal, donde se crio primero como una víctima de la pobreza y violencia enquistados en esa ciudad, luego como un superviviente, es decir, como miembro relevante de una mafia. Los sentimientos son abrumadores, pero con su maduración es capaz de ir cerrando heridas, retomando relaciones rotas y llevándolas hacia una nueva dirección. Es sin duda el personaje que más ha crecido en la serie, pasó de secundario molón a roba escenas y favorito de casi todo seguidor.

En el lado contrario se ha mantenido Alex Kamal, pues siempre ha ido quedando bastante relegado en los dramas personales y las aventuras de supervivencia. Es el piloto capaz y simpático pero poco más. Sin embargo, su viaje a Marte para reencontrarse con su familia le hace mucho bien. Gana protagonismo, definición, y establece un buen vínculo con el espectador. No es capaz de encarar sus problemas con tanta determinación como Amos, y Bobbie, otra que ha que ha madurado mucho, se lo dice claramente, lo que lo ayuda a tomar conciencia. Ella tiene su propio reto con el trabajo como agente infiltrada de Avasarala, y Alex encuentra nuevas fuerzas para seguir adelante uniéndose a su misión. Acepta que luchar contra la corrupción marciana y por el conjunto del sistema solar con sus amigos es su vida ahora.

Avasarala parece resignada en su puesto en la Luna (nótese que en la versión original es Luna también) tras perder las elecciones ante una joven ambiciosa. Pero en esa posición en apariencia marginal descubre que puede mover los hilos en la sombra e inmiscuirse en el nuevo orden político del sistema solar sin encontrar tantos escollos. Así, su posición se va haciendo crucial en los nuevos tiempos tanto como en los viejos.

Naomi Nagata y Jim Holden están muy bien juntos, pero ella debe enfrentar los demonios que carga todavía para poder liberarse y vivir una vida plena. Ha descubierto que el hijo que tuvo, ahora adolescente, sigue los pies de su padre, un terrorista de la OPA que está ganando fama en esta época de cambios. Quiere encontrarlo y sacarlo de ese ambiente, pero acaba de lleno metido en él. Holden, con Fred Johnson desde Tycho, empieza a ver otra parte de la confrontación que emerge de los remanentes de la anterior: la protomolécula sigue en mente de los líderes de cada facción, y parecen dispuestos a todo por conseguirla y lograr así una gran ventaja frente a sus rivales. Su moral inquebrantable lo obliga a dar la cara de nuevo.

Vagando por el sistema solar como carroñeros o piratas, Camina Drummer y su nueva tripulación ven con esperanzas su futuro de libertad, pero los acontecimientos terminarán alcanzándolos.

Los episodios de esta primera mitad resultan absorbentes. Las vivencias de los protagonistas son muy emotivas y va aumentando la intriga por la implicación de cada uno en el porvenir del sistema solar.

Sin embargo, no es oro todo lo que recule, entre medias se va notando de nuevo una ambición bastante parca en historias, un retroceso tras todo lo que se había construido en los tres primeros años. Es decir, el nuevo conflicto no se presenta apasionante, sino que va dejando entrever que los autores miran hacia atrás en vez de hacia adelante y además lo hacen con desgana. Todo esto termina estallando en un segundo acto que se viene bastante abajo y que no logra remontar en el desenlace.

Tenemos otra vez a la Tierra, Marte y los planetas exteriores dirigidos quieran o no por las facciones extremistas de cada bando, danzando en un tenso juego de tiras y aflojas hasta que sale a la luz un plan secreto que pretende hacer saltar todo por los aires. La estrategia es la misma: usar la tecnología de ocultación marciana para asestar un golpe inesperado, y conseguir la dichosa la protomolécula para desequilibrar la balanza. Y el desarrollo demasiado parecido: la Rocinante y la Razorback vagan por ahí desfaciendo entuertos, Avasarala intenta que la Tierra no caiga en la trampa, Marte es ambiguo y ladino, los ciudadanos no terroristas del cinturón sufren las consecuencias… Todo muy visto, no ofrece novedades y giros que aporten algo nuevo, mientras que sí se observa menos complejidad y profundidad que antaño.

¿Pero no habíamos pasado ya la guerra y estábamos en los inicios de la exploración del universo, con nuevos retos políticos (inmigración, colonización) y aventuras de exploración? Si habláramos sólo de la serie, cabría pensar que los guionistas han leído las tibias críticas de la cuarta temporada y han optado por volver a lo que funcionó mejor. Pero no olvidemos que nace de la saga novelas de Daniel Abraham y Ty Franck, y este retroceso argumental viene de la quinta entrega. No sé si ahí es un problema tan notorio, si hay otras tramas en desarrollo que eviten la sensación de estancamiento, porque me quedé el primer libro, no me pareció gran cosa, la serie me parecía mucho mejor escrita.

La Armada Libre es la que mueve los hilos esta vez. Es una facción decepcionante y da pie a una trama principal decepcionante. El líder, Marco Inaros, ha salido de la nada, pero lo tratan como si hubiera estado siempre ahí, como una figura crucial en el cinturón y la OPA, como un gran rival de Fred Johnson y Anderson Dawes (quien desapareció tras la primera temporada pero se sigue mencionando). Si eso ya implicaba una merma en su credibilidad, se empeora por su fallido desarrollo. Nunca llega a imponer temor por sus acciones, no da la sensación de ser una figura visionaria que se gana a los suyos con una política y unos discursos inteligentes. Ni el guion ni el flojo actor Keon Alexander (Tyrant, 2014) dan la talla. Sus secuaces tampoco llaman la atención. El hijo en común con Naomi, Filip, es peor todavía, un adolescente bobo bastante cargante, muy mal interpretado por Jasai Chase Owens en su primer trabajo importante. Solo trago la simpatía de Cyn, en manos del siempre eficaz Brent Sexton (The Killing, 2011), pero no convence del todo, es demasiado blando para la posición que ocupa.

Y este retroceso en historias lastra a varios protagonistas principales, donde los guionistas deben echar el freno para que no avancen más de lo que necesitan y puedan unirlos cuando desean.

Naomi… demencial lo que hacen con Naomi. Su estancia en la nave líder de Inaros es un suplicio, pero no por ser un drama de nivel, sino por resultar un culebrón barato. Estancamiento total, con cada capítulo repitiendo las mismas escenas, y sensiblería forzada hasta provocar vergüenza ajena y rechazo (atención al cansino tramo de aislamiento en otra nave). Parece que nunca se va a acabar la tortura a la que someten al espectador y al personaje. Deseas que todo eso desaparezca y cuenten algo útil.

Amos y Clarissa Mao vagan por el norte de Estados Unidos. Podría decirse que nos muestran la nueva situación social en el planeta, pero esta historia es simple y está demasiado vista: un viaje de supervivencia vulgar y que da eternas vueltas en círculos. La visita a la cárcel tiene algo de garra, pero a la larga te das cuenta de que es puro artificio y una excusa rebuscada para devolver al juego a Clarissa. Y esta es tan insustancial, tan poco definida como cuando entró en acción; es un personaje que no entiendo, que resulta totalmente prescindible. El carisma de Amos y su amigo mafioso Erich (Jacob Mundell, empezando su carrera) no bastan para levantar el interés.

Los demás protagonistas salen mejor parados, con aventuras algo más emocionantes, pero tampoco especialmente elaboradas y que avanzan con cuentagotas.

Alex y Bobbie hacen buena pareja, pero una vez salidos de Marte su viaje se alarga y su interacción con los demás se hace de rogar para al final resultar muy breve. Además, hubo una polémica con Cas Anvar, acusaciones de abuso sexual, y ya sabemos cómo son los infames tiempos que corren: la presunción de inocencia no existe, se generó un linchamiento mediático en internet, y el despido sin esperar al juicio estaba cantado, y la muerte del personaje también. Y da la impresión de que ya tenían rodada la temporada, porque la meten con calzador con un intento de provocar intriga que resulta bastante molesto. Siguiendo con actores, he de decir que Frankie Adams como Bobbie empezó dejando bastante que desear, pero se la ve cada vez más cómoda.

Holden continua firme en su línea, siendo una brújula moral capaz de imponerse a todos con sus palabras inteligentes y buenas acciones. El segundo de Fred, Bull, es interesante, y el veterano secundario José Zúñiga es muy competente. Lo sigue también la periodista, Monica Stuart (Anna HopkinsDefiance, 2013-), que sin parecer vital en la tercera temporada resultó bastante interesante y en su retorno mantiene el tipo. Esta odisea desentrañando misterios es también bastante sencilla para los estándares de la serie, pero al menos el grupo en sí no sale mal parado.

Camina Drummer, la secundaria más fascinante de los últimos años, iba ganando protagonismo. Ahora encabeza su propia sección, pero por desgracia tiene poco tiempo y es otra línea que no termina de estar escrita con el arrojo y dedicación de antaño. La dinámica con su nueva tripulación es bastante amena, todos se hacen querer rápido, pero los giros forzados en la unión con la trama de Inaros tiran por tierra bastante la credibilidad y el rumbo: estamos varios capítulos sin que sepamos muy bien qué hacen, por qué, y sin creerte la mitad de las situaciones.

La de Avasarala es la sección más movidita e impredecible. Bueno, en realidad estaba claro que se impondría con su criterio y habilidad, pero las dificultades son tangibles, las disputas políticas y éticas de buen nivel. Todo resulta un poco concentrando, rápido, pero en la línea de la tercera temporada: resumiendo bien, con épica e intriga en buenas dosis. Su segundo, el almirante Delgado (Michael IrbyAlmost Human, 2013-) y el nuevo secretario en funciones, David Paster (Sugith Varughese -infinidad de papeles secundarios-), un pobre pringado de rango bajo que se come el marrón, son muy buenos personajes.

Acostumbrados a que en sus mejores momentos The Expanse ofreciera un festín de frentes abiertos, con conflictos políticos y personales muy variados, descripción social inteligente y dilemas éticos de alcance, este segundo acto de la temporada parece una pérdida de rumbo y de tiempo. El final del año se limita a ser una lenta y blanda reunión de los protagonistas y un precipitado epílogo que vuelve a poner a la protomolécula y el anillo en el foco. Da la impresión de que Naren Shankar y Dan Novak siguen sin dar del todo la talla ante la todavía inexplicada (ni cuestionada por nadie) salida de los creadores de la serie, Mark Fergus y Hawk Ostby.

Quedan cuatro novelas y pretenden acabar la serie solamente en un año más. No sé los motivos, porque a pesar de su irregularidad es un éxito. A la vez me apena que se acabe tanto como esa irregularidad. Indistintamente de cómo sea su desenlace, The Expanse tenía un potencial enorme que no ha explotado como podría, y va dejando un rastro agridulce, la sensación de que la ciencia-ficción ha dejado pasar otra oportunidad de tener un gran hito, una serie que marque el tono no solo del género sino de la televisión en general. Con todo, ha sido un viaje muy emocionante que ha merecido la pena vivir y que aguanta los revisionados bastante bien. Esperemos que el destino sea la guinda y no una nueva lacra.

En cuanto al acabado, se sigue notando el generoso presupuesto en el nivel de producción y las buenas labores de dirección. Los nuevos escenarios (Luna) y localizaciones (muchos exteriores en la Tierra) lucen muy bien. Los efectos especiales son de impresión, con algunos planos que parecen vaciles… pero en eso se queda, porque no tenemos grandes batallas, solo un par de escaramuzas que por culpa del guion apenas se entienden.

PD: Empieza a ser molesta la tendencia creciente de que los canales streaming emitan los episodios a razón de uno cada semana. ¡No estamos pagando para verlos como en la anticuada televisión!
PD2: De vez en cuando echo un vistazo a la versión española. El doblaje y la traducción son bastante mejorables, pero lo más destacable es que arrastra un estilo fallido, supongo que por vagancia. Mantienen términos incomprensibles, como el ridículo «cinturonianos» en vez del más obvio y natural «cinturianos», y omiten otros técnicos que se han ido presentando a lo largo de la serie (como los cañones PDC) y de la jerga de los propios cinturianos. Cualquier obra pierde doblada, más desde el año 2000, que ha bajado muchísimo el nivel (quizá porque hay más producciones que buenos profesionales), pero coger una que presenta su propio estilo y jerga y cargárselo porque sí, es un destroce vergonzoso.

Ver también:
Temporada 1 (2015)
Temporada 2 (2017)
Temporada 3 (2018)
Temporada 4 (2019)
-> Temporada 5 (2020)
Temporada 6 y final (2021)

DESENCANTO – TEMPORADA 3


Disenchantment
Netflix | 2021
Aventuras, fantasía | 10 ep. de 25-33 min.
Productores ejecutivos: Matt Groening, Josh Weinstein, Claudia Katz, Deanna MacLellan.
Intérpretes: Abbi Jacobson, Eric André, Nat Faxon, John Dimaggio, Billy West, Maurice Lamarche, Tress MacNeille, Sharon Horgan, Matt Berry, Richard Ayoade.
Valoración:

En las dos temporadas anteriores, Desencanto mostró una falta de garra e ingenio bastante importante. El tempo narrativo y humorístico y la capacidad de hilar inteligentes análisis sobre el ser humano de los que hicieron gala Matt Groening y su equipo en sus obras previas, Los Simpson (1989) y Futurama (1999), dos referentes históricos de gran calibre, se veían muy disminuidos. Quizá el problema es precisamente ese: el equipo de la presente (que es también bastante amplio) no tiene escritores tan insignes como los de aquellas, y las atractivas ideas de Groening no llegan a explotarse como podrían.

Hasta ahora ha ido manteniendo el interés aceptablemente bien gracias a la atracción de ir conociendo diversos reinos y la continuidad con las vivencias de los protagonistas, donde cada aventura iba dejando huella en sus personalidades y manteniendo la sensación de dirección. Pero este año da la clara impresión de que los autores no se han trabajado la proyección a largo plazo, quizá ni tienen un destino claro, parece que se han quedado en la presentación de lugares y personajes principales, cimentando un entorno sólido donde moverlos, pero a falta de material e inspiración están empezando a dar tumbos sin rumbo.

En esta etapa los tres personajes principales no progresan hacia ningún sitio, al acabar estamos como al principio. Si al menos las aventuras en que se sumergen fueran moviditas y amenas, pero de nuevo se quedan lejos del imaginario, ritmo e inteligencia de aquellas series citadas, y además se va viendo agotamiento de ideas y chistes.

Vaporlandia (no entiendo esa traducción oficial como Vaporalia) tiene cierto atractivo. La intriga del rico Alva (supongo que inspirado en Thomas Alva Edison) y el giro con la bruja parecían dar inicio a una trama larga… pero son los episodios los que se hacen largos, y poco sustanciosos, y esta sección termina aparcada de mala manera. La estancia en Plumilonia (Bentwood; aquí no sé qué significa ni el original ni la traducción, algo referido al amaneramiento supongo) es menos relevante pero más ágil y entretenida, aunque tampoco deja huella. La historia más recordable, de hecho es muy bonita, es el romance de Bean con una sirena. Pero está metida en medio de todo con calzador y luego se olvida, se hace una especie de reset chapucero.

Los traumas de Elfo van y vienen sin razones claras y sin alcanzar alguna conclusión al final. Luci se mete en líos que no están justificados por unas motivaciones concretas: el bar y el tiempo que se tira con el rey no sé a qué obedecen ni qué aportan al conjunto. Quedan como secundarios cómicos de escaso interés y gracia. Si es que Merkimer, el príncipe convertido en cerdo, tiene más recorrido y resulta más simpático.

El resto del repertorio de habitantes de los reinos, que parecía ir creciendo, también se estanca. No se sabe qué pretende la mitad de los personajes, sus planes y motivaciones cambian sin ton ni son. Las madres de Bean entran y salen de escena aleatoriamente, ahora me implico, ahora me largo, ahora parece que tengo una agenda oculta… pero nada se materializa nunca. Sorcerio y Odval tejen complots que tampoco se terminan de definir: parece que quieren hacerse con el reino, o solo matar a Zog, pero en largos tramos se olvidan de ello o amagan con otras cosas.

La locura del rey no hace gracia ni parece llevar a nada hasta que da pie al único arco con trasfondo prometedor, la maduración y la aceptación de responsabilidad, primero con Derek brevemente y luego con Bean, pero tampoco convence, sobre todo porque cuando la serie debe lanzarse en el tramo final termina cayendo de lleno en la improvisación y el caos en que se está diluyendo. Aparecen los orcos porque sí, mientras que la amenaza que anunciaban durante varios episodios, el humo verde, resulta ser un engaño. No sé si pretendían ser graciosos con este giro, pero me ha parecido desastroso e insultante. Se añaden también a la ecuación los orco-topos esos, que tampoco aportan nada llamativo, y una especie de sorpresa con los elfos y un trono oculto, y acabamos en teoría por todo lo alto… pero en realidad sin saber qué está pasando y adónde quieren llevarnos.

Ver también:
Temporada 1 (2018)
Temporada 2 (2019)
-> Temporada 3 (2021)