THE LAST SHIP – EPISODIO PILOTO.

The Last Ship
TNT | 2014
Productores ejecutivos: Hank Steinberg, Steven Kane, Michael Bay, Jonathan Mostow
Intérpretes: Eric Dane, Rhona Mitra, Adam Baldwin, Travis Van Winkle, Marissa Neitling, Charles Parnell.
Valoración:

Estamos ante una creación de Hank Steinberg (The Nine, Sin rastro) y Steven Kane (The Closer, American Dad), pero sus nombres quedan eclipsados por las dos estrellas que actúan como productores principales, Michael Bay (sobran los ejemplos) y Jonathan Mostow (director de U-571, Terminator 3), a quienes debemos la impronta visual de al menos el inicio de la serie.

Queda por ver si el problema de este nefasto episodio piloto es fruto de querer buscar la acción directa sobre la materialización de una trama y personajes con tranquilidad y buena letra, sea porque los guionistas hayan patinado en el inicio pero luego manejarán mejor la trama o porque ha habido una pugna por el control creativo que ha dejado de lado lo bueno que presumiblemente hubiera en el guión. Digo esto porque la primera sensación que me ha transmitido el visionado es que estamos ante un producto que ha basado su fuerza en la puesta en escena únicamente, pensando en que escupiendo rápidamente los detalles cruciales de la premisa en un envoltorio vistoso la cosa podría impactar con más fuerza que ofreciendo una narrativa más pausada y más densa. Es decir, me pregunto si Bay se ha impuesto, porque su mano se nota bastante, o si esto es lo que han escrito Steinberg y Kane.

El argumento es muy clásico, la típica historia de supervivencia postapocalíptica que hemos visto mil veces en diversas formas. Una plaga deja al ser humano al borde de la extinción pero nuestros protagonistas, militares de un navío estadounidense, se han salvado por estar en una misión aislada del mundo durante meses. Se basa en una novela de mismo nombre escrita por William Brinkley, que no conozco, por lo que el primer referente en el que pensé fue el fantástico capítulo del submarino de Guerra Mundial Z.

Como decía, este episodio piloto es realmente horrendo, tanto que llega a ser de auténtica serie cutre, es decir, tan malo que resulta una parodia involuntaria. El primer gran error es que pretende abarcar mucho con la duración estándar, dando la impresión de que son tres o cuatro capítulos resumidos malamente en uno. Quizá pensaron que con una premisa tan trillada lo mejor era quitarse de en medio los predecibles pasos iniciales, pero ello no debería haber arrastrado también a la descripción de personajes y la construcción de las escenas esenciales con un mínimo de cuidado. El ritmo es vertiginoso pero a costa de no narrar nada consistente, vuela de un dato a otro sin dar tiempo a asentar las mínimas bases que se esperan de un relato.

Los personajes acaban siendo cascarones vacíos que intentan apoyarse en clichés que no son suficientes para sostenerlos. El capitán firme pero en el fondo comprensivo y amistoso, su familia de revista, el segundo oficial algo tontorrón pero simpático, la oficial que sufre (un pelín, muy poco, que no hay tiempo para más, solo para cumplir con el tópico… y hablando de cumplir, también la usan como la lesbiana de rigor en un diálogo sonrojante), la investigadora experimentada y dura, su segundo fiel (que en otro uso ridículo de personaje comodín será el traidor infiltrado), la parejita de secundarios enamorados… El panorama no podría ser más desalentador. Como es esperable todas las escenas obedecerán a los eternos topicazos que mueven a estos pobres roles, y los diálogos no es que sean mediocres, es que son vomitivos. Para rematar la faena los actores producen vergüenza ajena. En serio, parece que se han esforzado por buscar malos intérpretes y dirigirlos de forma que pongan muecas de «estoy aguantando una diarrea» mientras escupen sus frases. Rhona Mitra como la doctora y Eric Dane como el capitán son los protagonistas más destacados, y da grima verlos a pesar de que tienen una carrera no precisamente corta ni desconocida (destacando El abogado y Boston Legal en la primera, Anatomía de Grey en el segundo). Sus escenas en conjunto provocan dislocación de mandíbula por risa descontrolada.

Y me temo que la puesta en escena no deslumbra como para disimular las carencias. El capítulo se hace corto porque parece un resumen, no porque sea impactante como parece que pretendían. Se ve algo de espectacularidad en los planos del barco (interiores y exteriores), pues es un destructor real y da mucha fuerza a las imágenes, pero me temo que aparte de algún instante que aprovecha esta ventaja, como el conato de batalla con los helicópteros, el resto del episodio está fatalmente dirigido. Mostow es uno de los últimos directores de acción tradicionales que quedan, y muchos hemos alabado su labor en películas con buen acabado visual como Breakdown o Terminator 3. Su salto a la televisión en una serie de acción tan aparentemente vistosa como esta era muy prometedor, pero la decepción es impresionante, su trabajo es un desastre. ¿Ha sido culpa de una mala edición posterior? Las escenas de acción parecen bien rodadas pero destrozadas en la sala de montaje, por eso de forzar un ritmo a toda leche. Pero en las conversaciones, las escenas de tensión e intriga y los momentos de drama Mostow está claramente perdidísimo. O eso, o lo dejó en manos del director de segunda unidad… Sea como sea, los primeros planos simplones y los diálogos basados en un vulgar plano y contra plano con las espaldas en medio son propios de telefilmes baratos y contrastan demasiado con los llamativos planos aéreos.

Así pues el desastre es memorable. La premisa mal expuesta, los primeros pasos de la aventura tan facilones y mostrados con desgana, la acumulación de clichés, los personajes planos con actores infames, la puesta en escena irregular y con bajones increíbles… Como perfecto ejemplo de mala narrativa tenemos la escena de cierre: no puedes pretender que el discurso final del capitán sea épico si, primero, es un topicazo descarado, segundo, no hay protagonistas con los que podamos implicarnos, tercero, la puesta en escena fuerza el ritmo hasta parecer un resumen de «previamente en…». Como ejemplo de prisas mal llevadas tenemos la del soldado que pierde su máscara en un accidente y se contagia, y de repente se pega un tiro para no ser una carga, sin pararse a pensar lo más mínimo en la situación ni esperar a las órdenes del capitán; ¿y si lo querían para hacerle pruebas y ver el desarrollo de la enfermedad, y si la cura estaba a diez minutos de ser hallada? Nada, lo que se buscaba es el golpe de efecto aunque fuera a costa de dejar de lado no solo la verosimilitud, sino la misma construcción de la escena, donde no se trabaja el tono adecuado para dar tensión y drama. Y como ejemplo de cutrez extrema que se lleva la palma al sensacionalismo barato vemos al capitán metiendo las manos en un enchufe porque resulta que eso salvará al barco. ¡Qué momento más heroico!… No, qué cosa más lastimera.

Si me dijeran que The Last Ship, al menos en este piloto, se ha compuesto de escenas sobrantes de películas de la productora The Asylum (la de los clones baratos, como Transmorphers, y las paridas como Sharknado) y de partes de algún documental de la marina, me lo creería. Lo peor es que me he divertido tanto que me ha entrado curiosidad por ver cómo se desarrolla este esperpento, así que probablemente me tragaré varios capítulos hasta que las risas se transformen en arcadas.

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