Archivo mensual: abril 2022

EUPHORIA – TEMPORADA 1

HBO | 2019
Drama | 8 ep. de 53-64 min.
Productores ejecutivos: Sam Levinson, varios.
Intérpretes: Zendaya, Hunter Schafer, Sydney Sweeney, Alexa Demie, Angus Cloud, Jacob Elordi, Barbie Ferreira, Eric Dane, Maude Apatow, Nika King, Storm Reid, Algee Smith, Colman Domingo.
Valoración:

El género de drama adolescente o de instituto siempre ha pecado de ofrecer títulos ahogados en tópicos, simplones cuando no cursis, hasta que Buffy, La cazavampiros (Joss Whedon, 1997) le dio una perspectiva más original al ambientarlo en un mundo de fantasía y también inesperadamente un tono más inteligente y realista, cuidando más los personajes y sus vivencias. A pesar de su relevancia e influencia en la televisión, desde entonces hemos tenido un notable vacío en este ámbito que sólo han llenado dos obras de culto, es decir, que no lograron la popularidad merecida, Skins (Jamie Brittain, Bryan Elsley, 2007) y Veronica Mars (Rob Thomas, 2004). Pero en pocos años se han juntado otras dos que han traído aire fresco y apuntado a un nivel alto de ambición y calidad: Sex Education (Laurie Nunn, 2019) y Euphoria.

Estas no podían ser más opuestas en estilo. La primera es un drama en clave de comedia ligera que muestra siempre una cara amable, siendo capaz de hacerte ver la vida con renovada energía. La segunda es trágica y sórdida hasta resultar espeluznante, sólo apta para quien busque experiencias fuertes. Pero también tienen muchos puntos en común, pues ambas abordan sin tapujos los problemas de los adolescentes, en especial los relativos a la maduración afectiva y sexual, esenciales para entrar al mundo adulto y vivir en sociedad.

Aunque la lista de productores es larga, el principal artífice es Sam Levinson. Su corto currículo incluye sólo cuatro guiones, de los que dirigió dos, Otro día feliz (2011) y Nación salvaje (2018). Llevaba tiempo intentando escribir una serie basada en su experiencia con las drogas en la juventud, y la HBO planeaba una adaptación de una obra israelí producida por Ron Leshem y Daphna Levin, los mismos de En terapia (2005, adaptada también por la HBO en 2008), así que la cadena se encontró con medio trabajo hecho y el autor con el mejor canal posible para dar rienda suelta a su creatividad.

Euphoria nos presenta unos adolescentes marcados por tragedias familiares que los han empujado hacia diversos problemas: baja autoestima, acoso escolar, dificultades con el sexo… y por lo general desencadenando en el abuso de drogas, Partimos inevitablemente de algunos estereotipos para poder abarcar diversos ejemplos comunes, pero a partir de ahí Levinson desarrolla unos individuos muy humanos, desde entrañables a despreciables, que navegan por las dificultades de la vida arrastrando sus propios conflictos personales.

Rue Bennet (Zendaya) es la chica alternativa, la que va un poco por su cuenta pero aun así querría encontrar un lugar donde encajar. Lexi Howard (Maude Apatow) es su mejor amiga, la tímida que pasa desapercibida. Fezco (Angus Cloud) el traficante local que inesperadamente tiene bastante corazón. Maddy Perez (Alexa Demie) la tía buena y superficial que sólo sabe usar su cuerpo para ascender en la escalera social. Nate Jacobs (Jacob Elordi), novio de aquella, es la versión masculina: el jugador de fútbol exitoso cuya rica familia le garantiza un futuro. El padre de este, Cal Jacobs (Eric Dane), es el poderoso empresario que maneja el pueblo a su antojo. Cassie Howard (Sydney Sweeney) parte del otro espectro de tía buena: su exhuberante belleza le trae más problemas que facilidades. La nueva en el instituto es la transexual Jules Vaughn (Hunter Schafer), cuya gran sensibilidad choca con un mundo que desprecia lo distinto. Kat Hernandez (Barbie Ferreira) es la gordita acomplejada que va encontrando vías para soltarse. Chris McKay (Algee Smith) está abrumado por ser el eterno segundón, incapaz de ver sus logros y virtudes. Entre los secundarios tenemos otros tantos alumnos, pero los más relevantes son la familia de Rue, su hermana pequeña Gia (Storm Reid) y su madre Leslie (Nika King), y también su padrino de drogadictos anónimos, el intrigante Ali (Colman Domingo).

Rue es la protagonista principal, y lleva el relato con su voz en off que va presentando distintas situaciones y personajes, pues los episodios van centrándose en uno u otro según les vaya tocando el punto álgido de sus historias.

Zendaya logró salir de los estereotipos del infantil Disney Channel, sus series horteras y sus videoclips musicales, y encarar la adolescencia con suficiente experiencia y buenas relaciones familiares y laborales como para no dejarse engullir por la fama, el dinero y los vicios subyacentes que esta serie trata con tanto realismo y crueldad. Solo con Spider-Man (2017) y Dune (2021) tiene tirón suficiente como para comerse el mundo. Espero que no pierda interés en participar en obras alternativas como Malcolm and Marie (2021), donde conoció a Levinson y también empezó como productora.

Su delgadez y aspecto desgarbado van como anillo al dedo a la yonki depresiva de Rue, pero su papel también captura muy bien el infierno psicológico en que vive. En el resto, no se puede decir que estemos ante un reparto espectacular como acostumbra la cadena, pero tampoco hay carencias. Destacaría a Demie, muy creíble en la inmadura de Maddy, a Schafer como Jules, con una energía contagiosa, y a Sweeney, que no aporta sólo el imponente físico de la sensual Cassie, sino que también canaliza bien su dulzura y sus dilemas internos.

Euphoria es una serie muy de emociones, no sólo por los dramas que viven los personajes, sino porque Sam Levinson es muy hábil a la hora de jugar con la narrativa para introducir de lleno al espectador en la atmósfera deseada. Por ello, aparte de estar al frente de la sala de guionistas también dirige todos los episodios que puede: es difícil poner por escrito sus ideas visuales para que otros puedan rodarlas adecuadamente.

De primeras choqué con su estilo frenético, con una estética de videoclip y toques surrealistas a lo Trainspotting (Danny Boyle, 1996). Pero no tardé en caer bajo su embrujo y engullir la temporada con avidez, deleitándome con esta fórmula en apariencia tan caótica pero en realidad tan efectiva a la hora de sumergirte en el tortuoso y errático viaje de los protagonistas. Levinson se inclina por el subrayado y el exceso artístico, con música constante, fotografía sobrecargada en forma y color, y en general le gusta jugar con cualquier enredo que se le ocurra. Destacan los montajes acelerados dedicados generalmente a resumir la vida reciente de los protagonistas, las escenas cuasi oníricas para enfatizar el uso de drogas y otros estados emocionales, e incluso la línea temporal se embarulla en ocasiones para sacar conexiones entre distintos eventos.

Indispensable en el acabado son la vibrante fotografía de Marcell Rév y la música tan original y versátil de Timothy Lee McKenzie (con su grupo Labrinth), que oscila entre el synthpop, el soul y el rythm & blues…

También es cierto que hay algunas canciones de pop, trap y reguetón entre cutres y machaconas (Drake, Beyoncé, Billie Eilish), pero se adecúa a lo que escuchan los jóvenes (en mi época soportábamos Spice Girls, Backstreet Boys, Bon Jovi…), y por suerte, todavía sacan tiempo para incluir alguna de soul o alternativas de más nivel, como Blood Orange, Agnes Obel, The Animals

El peculiar método del realizador tiene su punto álgido en el memorable cuarto episodio, el de la feria, que se alza como uno de los mejores de los últimos años. Todo él es hipnótico, un videoclip musical propiamente dicho, pero de una hora de duración. La apasionante historia cruzada de los protagonista llega a giros clave, todos imbuidos por el tono opresivo y la sensación de que han perdido el control de sus vidas. El ritmo es enérgico, tan absorbente que hay tramos donde contienes la respiración, como en los brillantes planos secuencia que te zaranden por la feria.

Sin embargo, los excesos también traen empachera, tropiezos, bajones de interés… Hay partes donde el equilibrio entre forma y contenido no cuaja del todo, lo que a veces implica que la narrativa peca de sensacionalista, con el delirio visual imponiéndose hasta tener incluso algún momento cargante. En otras ocasiones se atasca un poco en contenido, frenándose la complejidad e interés de las historias de los protagonistas, con lo que aparece la impresión de que se acerca demasiado al tono convencional y predecible habitual del género. En esto último destaca el tramo final, donde a pesar de apuntar al clímax de cada arco en la clásica fiesta de fin de curso, donde cabría esperar capítulos al nivel del de la feria, resulta que se estanca demasiado en los tópicos, no ofrece giros sorprendentes ni desenlaces o puntos y aparte que impacten. Así que el desenlace deja un regusto un tanto amargo depués de haber apuntado tan alto.

Euphoria resulta apasionante, o más bien inquietante, un visionado que no dejará indiferente a nadie, pero su patente irregularidad hace pensar también que tiene un estilo tan marcado que el desgaste puede romper el hechizo en cualquier momento, estando ya muy cerca de ello en esta primera temporada.

Desde su estreno ha generado muy buena impresión entre la crítica y el público, y también generó polémicas. No pocas voces y organizaciones conservadoras claman contra ella intentando censurarla simplemente por mostrar la vida con toda su crudeza, no una versión edulcorada que engañe a los espectadores. Es evidente que pocas obras dirigidas al público joven pueden enseñar y hacer reflexionar tanto como esta, pero los mojigatos prefieren no enfrentar la realidad. Por suerte, la HBO no se amilana ante estas sandeces.

PD: Entre las temporadas 1 y 2 hay dos capítulos especiales. La pandemia iba retrasando el rodaje, y la cadena aprovechó lo que pudieron adelantar para que no decayera el interés tras el éxito de su estreno. Yo los contaré como parte de la segunda temporada.

Ver también:
-> Temporada 1 (2019)
Temporada 2 (y capítulos especiales) (2022)