NBC | 2011-2012 Productores ejecutivos: Dan Harmon, Garrett Donova, Neil Goldman, Joe Russo, Russ Krasnoff. Intérpretes: Joel McHale, Gillian Jacobs, Danny Pudi, Yvette Niclo Brown, Alison Brie, Donal Glover, Chevy Chase, Ken Jeong, Jim Rash, John Goodman, Michael Kenneth Williams. Valoración: |
Poco puedo decir para describir Community que no haya intentado ya en las dos temporadas anteriores (I y II). Y digo intentado porque, como quien la haya visto sabrá de qué hablo, definir esta serie es tarea complicada. En el panorama televisivo actual es probablemente la más rarita, alocada, variada, original… pero también resulta de nuevo bastante excluyente (no es apta para todos los públicos), irregular y desaprovechada.
Cada episodio es un mundo, el sentido del humor toma cualquier forma. Podemos encontrar una parodia de una conocida serie, un falso documental (que cambia hasta la forma de rodar), un recopilatorio cuyas escenas son todas inventadas, una cena con diferentes líneas temporales, un musical o incluso animación apoyando la trama, sea en estilo anime o en forma de videojuego de ocho bits. Referencias a la cultura popular (en especial el cine) se cruzan con chorradas sin nombre, riñas entre personajes con cierto trasfondo de drama encantador (muy emocionantes las partes finales de Abed y Pierce) se mezclan con lo esperpéntico (Chang, el decano…), el capítulo puede narrar una historia concreta y con mensaje desde una perspectiva de comedia o ser un auténtico festival de paridas, disfraces, frikadas…
Pero como decía, vuelve a ser una pena que una serie con virtudes en apariencia tan destacables no termine nunca de coger carrerilla, de despegar del todo, de exprimir su potencial. Es prácticamente imposible obtener veintitantos capítulos originales y rompedores, y los altibajos se notan. De una genialidad se puede pasar a una tontería muy cogida por los pelos. De un episodio que deja un grato recuerdo tanto por las risas obtenidas como por lo bien que se usan los personajes se puede pasar a uno donde no ocurre nada y los protagonistas repiten sus clichés. La sensación de que solamente en unos pocos la mezcla de tanta locura funciona plenamente es constante. Eso sí, en todos hay algo que recordar, sea un chiste divertidísimo o una escena tan inesperada que deja huella; sólo hay dos o tres en los que pudiera decir «me he aburrido».
El principal escollo es que los personajes siguen estando muy limitados a pesar de que también muestran constantemente un gran potencial. Este año incluso hay menos movimiento que en los anteriores. Apenas evolucionan, apenas hacen algo fuera de sus líneas tan definidas, puede pasar casi cualquier cosa que las relaciones apenas se moverán. ¿Para qué tanta miradita entre Troy y Britta si no llevan a ninguna parte? ¿Cómo se puede dejar tan de lado el chispazo entre Annie y Jeff? ¿Qué demonios aportan a la serie Shirley y Troy? Este último se sustenta por Abed, pero aquélla sobra por completo. Y menos mal que los secundarios tontos o se han limitado o se han usado mejor: Chang y el Decano dan para buenas historias. Como ocurrió en la segunda temporada, al final los únicos que dejan alguna trama que recordar son Abed y Pierce, que también son los que copan los mejores capítulos y chistes (por no decir que Chevy Chase le da un repaso interpretativo a todo el reparto). Los problemas de autoestima de Pierce, nacidos de un padre dominante, ofrecen muchos buenos instantes, y la fina línea que separa a Abed de ser rarito a estar completamente loco se hace aún más etérea, dando un tramo final muy interesante, con caída al lado oscuro y todo.
Los mejores de momentos de la temporada son: el secuestro del decano, con Chang el tirano, la expulsión del grupo de la universidad y el regreso en plan misión de espías (First Chang Dynasty); los problemas de Abed para conectar con la realidad y los intentos de Britta y Troy para mantenerlo en ella, destacando el sueñatorio entre otras muchas excentricidades (Introduction to Finality); la maduración de Pierce, en especial con el juego de ocho bits (Digital Estate Planning); las historias de Halloween, cada cual más disparatada, y la búsqueda de un posible psicópata en el grupo (Horror Fiction In Seven Spooky Steps); la gloriosa parodia de Ley y orden, brutal de arriba abajo (Basic Lupine Urology, el mejor de la temporada en mi opinión); muy llamativos también son los dobles de famosos (Contemporary Impressionists) o el homenaje a 1984 de Orwell (Digital Exploration of Interior Design); y desde mi punto de vista, uno de los más aclamados, el de las líneas temporadas alternativas (Remedial Chaos Theory), es también uno de los más desaprovechados, pues tenía material para hacer algo antológico y medio capítulo es irrelevante, aunque eso sí, es un placer recuperar universo paralelo oscuro al final de la temporada.
Lo triste es que casi se habla más de los problemas de la producción que de sus valores artísticos. Agonizante desde la temporada uno, este tercer año ha sido un caos que ha incluido parones, campañas de fans a través de internet, la habitual mala fe de la cadena a la hora de las emisiones… Y todo ello terminando con la destitución de Dan Harmon, su creador, por los rifirrafes internos. El cuarto año presenta un panorama aún más desolador, si es que llega a realizarse.
Nota: de nuevo no puedo dejar pasar mi asombro ante el horrible maquillaje que le ponen a los hombres: la cara rosada, y los labios ni te cuento.
Ver también:
– Temporada 2.
– Temporada 1.