CÓMO CONOCÍ A VUESTRA MADRE – TEMPORADA 6.

How I Met Your Mother
CBS | 2010-2011
Productores ejecutivos: Carig Thomas, Pamela Fryman, Carter Bays.
Intérpretes: Josh Radnor, Jason Segel, Cobie Smulders, Neil Patrick Harris, Alyson Hannigan, Bob Saget, Jennifer Morrison.
Valoración:

Después de un par de temporadas un tanto dispersas e irregulares que no auguraban nada bueno sobre el futuro de la serie, el sexto año nos sorprende con una agradable remontada, no espectacular pero sí lo suficiente como para dejar buen sabor de boca. Es evidente que sigue arrastrando el ya asumido por todos los seguidores problema básico de la serie, es decir, lo irregular que resulta la calidad de los episodios, donde se oscila entre los casi geniales y los que rozan peligrosamente lo vulgar, pero la presencia de episodios o tramos endebles se ha reducido, los buenos son más numerosos y hay algunos espectaculares, pero lo más importante es que las tramas relativas a los personajes están más trabajadas.

Es una temporada de maduración y cambio, de problemas y tragedias que acercan la serie por primera vez al drama. Barney se enfrenta a fantasmas del pasado, con la fantástica reaparición de su padre, lo que le da al personaje perspectivas muy interesantes más allá de sus juegos con las mujeres. Además, en este último aspecto también parece crecer, dejándose entrever que se está acercando a la etapa en que buscamos una pareja estable. Marshall y Lily mantienen su casi idílico matrimonio, pero él se topa con sus propias crisis: su trabajo le parece horrible y ve que sus sueños se escapan, y para colmo la muerte de su padre deja un hueco enorme en su corazón. Ted mantiene una relación conflictiva con su nueva novia (Zoey), pues cada uno mantiene una férrea defensa de sus opuestas ideas sobre el edificio emblemático donde Ted puede hacer realidad su sueño: que Nueva York tenga un rascacielos diseñado por él. En cierta manera alargan mucho el tema, pero la chica resulta interesante y más aún lo es su antiguo novio, el Capitán (Kyle MacLachlan), un loco de cuidado que pone en apuros a los protagonistas en algunas buenas ocasiones. La única que no aporta una historia larga que citar es Robin, aunque destaca por algún episodio dedicado a ella (Bad News, por ejemplo) y en general sigue siendo buen personaje.

El tramo inicial es muy bueno, aglutinando algunos capítulos de gran calibre en la línea más original e inspirada de la serie, como Subway Wars (la loca carrera para ver a Woody Allen), Architect of Destruction (primera aparición de Zoey) o Baby Talk. En el tramo central se desarrolla la parte más dramática, donde se muestran hábilmente tramas de pérdida y golpes duros de la vida sin olvidar el estilo distendido propio de una comedia: Last Words, dedicado al entierro el padre de Marshall, es muy bonito. Alrededor de este oscuro receso hallamos otros de los mejores de la temporada: Bad News (el del médico que se parece a Barney), Oh Honey (la gloriosa aparición de Kate Perry) y Desperation Day (el día previo a San Valentín), todos desternillantes. A continuación vuelve a adquirir cierto tono trágico, con los estupendos, A Change of Heart (con Barney medio enamorándose), Leggendaddy (la estupenda reaparición de su padre) y más adelante Hopeless (también dedicado a los Stinson).

Un instante suelto que quiero citar sirve para criticar al supuesto protagonista central, Ted. Al contrario que a otros espectadores no me resulta cargante y repelente, de hecho su distintiva pedantería me parece un atrevimiento bastante logrado que da para buenos chistes. Pero es indudable que el personaje arrastra dos problemas: uno es que el hilo conductor de la serie, su narración sobre la madre de sus hijos, limita mucho la progresión del personaje y de la propia serie; y el otro es que el actor, dentro de un reparto ya de por sí bastante flojillo (sólo Neil Patrick Harris destaca, y por cierto de manera espectacular), es muy limitado. Sirva de ejemplo cuando por fin Ted y Zoey se enrollan, en el final del capítulo Oh Honey: la escena provoca más risa por la abrumadora diferencia en la calidad de los intérpretes que por sus diálogos, pues Josh Radnor balbucea sin carisma y Jennifer Morrison expresa sentimientos con gran naturalidad.

El problema con la siempre postergada aparición de la definitiva mujer de Ted afecta a los episodios finales, que pierden algo de fuelle. La ruptura con la novia actual no ofrece nada para recordar y el cierre de temporada resulta el capítulo el menos atractivo del año. Es un desenlace de libro, todo un cliché detrás de otro, el drama romántico clásico de toda la vida, previsible, aburrido y con poca gracia. Casi me cuesta llamarlo episodio, es más bien un avance de la próxima temporada, para engancharte.

Cómo conocí a vuestra madre ha renovado por dos años más. Esperemos que tengan la decencia de terminarla ahí, que no la alarguen innecesariamente, y esperemos que, aunque no llegue a alcanzar el brillante nivel de las primeras temporadas, sí se mantenga en la correcta línea ofrecida en esta temporada.

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