THE KILLING – TEMPORADA 4 Y FINAL

Netflix | 2014
Drama, suspense | 6 ep. de 54-60 min.
Productores ejecutivos: Veena Sud, Søren Sveistrup, Ingolf Gabold, Mikkel Bondesen, Piv Bernth.
Intérpretes: Mireille Enos, Joel Kinnaman, Gregg Henry, Tyler Ross, Joan Allen, Jewel Staite.
Valoración:

La temporada anterior, a pesar de su solidez en conjunto, tuvo un cierre que no me convenció del todo por eso de salir de un giro de telefilme barato. La revelación de quién era el asesino de las niñas (el personaje recurrente menos probable, nada más y nada menos que el teniente Skinner) y su ejecución sólo se salvaban gracias a que el cómo viven la situación los dos excelentes protagonistas transmite más fuerza y verosimilitud de la que un desenlace tan forzado y facilón puede ofrecer. La pena es que la serie fue cancelada, por segunda vez además, dejando a nuestros dos queridos detectives en una posición muy peliaguda y al espectador con la decepción de no ver desarrolladas las consecuencias. Por suerte Netflix muy amablemente nos ha ofrecido una temporada corta (seis episodios) que se esmera en dar un final definitivo, y el resultado difícilmente podría ser mejor.

La esencia de la serie sigue intacta, y de hecho, este año el equilibrio entre sus tres ingredientes principales es mucho más fluido y consistente. Está presente el sombrío thriller criminal con una investigación pausada pero metódica y realista que resulta enormemente intrigante. El drama humano que nace del crimen que da pie al caso de la temporada sigue siendo de primera calidad, con los personajes secundarios de turno sufriendo la tragedia y las consecuencias de los peores momentos de sus vidas. Y cómo no en primer plano tenemos el conflicto de dos protagonistas atormentados y depresivos, Sarah Linden y Stephen Holder, que luchan por salir adelante en su lastimera existecia.

La temporada empieza justo donde acaba la anterior, en el punto de inflexión que dejaba el destino de los detectives en el aire. Linden y Holder, siempre lidiando con sus demonios internos y con la maldad del mundo, han terminado sumergiéndose de lleno en el infierno con la ejecución de Skinner, amante de Sarah, teniente de policía y asesino en serie. Las consecuencias se notan en ambos en seguida, la presión de la ética humana y policial y el miedo a ser descubiertos se transforman en un estrés constante que los tiene a punto de derrumbarse. Dando tumbos sobreviven el día a día como pueden, y más ahora que están empezando otro caso de extrema violencia y gran carga sentimental: una familia aparentemente modelo ha sido cruelmente asesinada, y el principal sospechoso es el hijo superviviente. Los roles interpretados por Joan Allen (la directora del centro de internamiento) y Tyler Ross (el joven que se ve en el ojo de la tormenta) son tan sólidos y atractivos como cabe esperar, y en ningún momento pierden fuerza en detrimento de la pareja protagonista a pesar de que la narración se centra más que nunca en el viaje interno de Linden y Holder. Los demonios que arrastran, el drama familiar, los choques constantes contra sus limitaciones y errores, los detonantes sociales y laborales que modelan sus personalidades y la fascinante relación entre ambos han ofrecido de nuevo un drama intenso, cercano y realmente emocionante sumergido en un thriller hipnótico a la par que agobiante. Algunos grandes instantes se marcan en la memoria: la caída al abismo de Linden, que acaba apuntando con su arma a Holder, el hallazgo del coche de Skinner en la casa del lago, el recorrido inicial por la casa de la familia asesinada…

Por si fuera poco el tramo final enlaza y cierra toda trama, personaje y detalle de forma magistral. Los desenlaces de las etapas previas tuvieron todos algún desliz o parte más floja que produjo descontento en numerosos espectadores, pero aquí los guionistas han dado lo mejor de sí. Especialmente sorprendente y efectiva es la inesperada relación emocional de la resolución del caso con uno de los protagonistas, pero el inesperado giro con que acaba el asunto Skinner también te deja a cuadros. Además, una vez cerradas las dos investigaciones se dedica un largo epílogo a mostrar la vuelta a la vida de Holder y Linden tras tanta miseria y problemas, con lo que el final de la serie, aparte de un cierre de gran nivel para las tramas resulta muy acertado también con los personajes. Y es ineludible citar el de nuevo fantástico trabajo interpretativo de Mireille Enos y Joel Kinnaman y la excelente labor de dirección (crucial a la hora de forjar la atmósfera tétrica tan característica).

Ver también:
Primeras impresiones
Temporada 1 (2011)
Temporada 2 (2012)
Temporada 3 (2013)
Temporada 4 y final (2014)

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