CALIFORNICATION – TEMPORADA 4.

Showtime | 2011
Productores ejecutivos: Tom Kapinos, David Duchovny.
Intérpretes: David Duchovny, Natascha McElhone, Evan Handler, Madeleine Martin, Pamela Adlon, Stephen Tobolowsky, Michael Ealy, Addison Timlin, Melissa Stephens, Carla Gugino.
Valoración:

Tras un final de infarto en la tercera temporada, con Hank detenido acusado de violación a una menor, la cuarta sesión se iniciaba con el reto más difícil y duro al que se ha enfrentado el desdichado y descarriado escritor. Así pues, prometía tener un arco central de infarto. Pero no ha llegado a serlo.

En las etapas anteriores decía que la propuesta de la serie se presentaba por su propia definición limitada en cuanto a historias, pero que para mi sorpresa los guionistas (con Tom Kapinos a la cabeza) siempre hallaban unas tramas centrales muy interesantes con las que llevar los personajes en direcciones concretas y atractivas. El cuarto año, cuando menos lo esperaba, ha perdido esa inspiración. Contra todo pronóstico el juicio es la parte menos satisfactoria que ha dado hasta ahora la serie. Se ha dejado muy de lado hasta el tramo final, y cuando por fin se ha lanzado no ha aportado nada digno de recordar: fugaz, sin fuerza, sin conseguir mostrar sensación real de peligro y dando en general los dos o tres episodios menos logrados hasta la fecha.

En su inicio la sesión mantenía el nivel de sus mejores momentos, con su hábil mezcla de humor ácido casi surrealista y la romántica y trágica parte dramática, pero con el juicio postergado el interés se iba diluyendo conforme avanzaban los capítulos, pues pronto se ve que al no haber un nexo central sólido cada uno de ellos se centra casi exclusivamente en el día a día de Hank viviendo al límite, cayendo en sus típicos errores, tropezando patéticamente en la relación con su familia. No se aporta pues una perspectiva nueva de su personalidad, no se va más allá en la evolución del personaje.

Y hablando de personajes otro aspecto determinante en este ligero bajón de intensidad ha sido la ausencia de los clásicos secundarios que se incorporaban en cada año. Sí, están la bellísima Carla Gugino o el productor con el que se lía Marcy, y con menor presencia tenemos a la loca que se folla Charlie (Melissa Stephens) y el actor flipado que interpreta Rob Lowe, pero no han aportado lo que se dice algo digno de recordar ni han servido para exprimir tan bien como antes a los protagonistas. Igualmente da la sensación que de Charlie se saca menos partido que en años anteriores, aunque sigue siendo un apoyo fantástico para las aventuras de Hank. Por el lado contrario, sí hacen avanzar correctamente a Becca, introduciéndola en los problemas y la rebeldía de la adolescencia. Y en un punto medio el amor de Charlie, Marcy, todavía aporta más que una Karen que siempre queda relegada muy a segundo plano y a la que le ponen unos novios demasiado sosos que no son rival para Hank.

Es indudable que sigue siendo una comedia entretenidísima, con personajes encantadores en manos de actores carismáticos, un estilo propio envidiable que ofrece tanto buen ritmo como toneladas de humor, y todo ello aderezado por una espectacular proliferación de sexo (qué cantidad de tetas, yo quiero asistir como espectador a un casting de esta serie), pero también es evidente la existencia de un bajón de inspiración e intensidad, al que no ayuda ese final tan abierto e indefinido que no muestra un rumbo claro para el futuro.

Ver también:
Temporada 1.
Temporada 2.
Temporada 3.

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