Archivo mensual: noviembre 2023

SEX EDUCATION – TEMPORADA 4 Y FINAL

Netflix | 2023
Drama, comedia | 8 ep. de 51-93 min.
Productores ejecutivos: Laurie Nunn, Jamie Campbell, Ben Taylor.
Intérpretes: Asa Butterfield, Ncuti Gatwa, Emma Mackey, Gillian Anderson, Alistair Petrie, Connor Swindells, Aimee Lou Wood, Kedar Williams-Stirling, Mimi Keene, Samantha Spiro, Chinenye Ezeudu, George Robinson, Dua Saleh, Thaddea Graham, Reda Elazouar, Lisa McGrillis, Hannah Gadsby, Felix Mufti, Alexandra James, Anthony Lexa.
Valoración:

Alerta de spoilers: Sin datos reveladores de ningún tipo. —

Dos años de espera para una serie de ocho episodios y que dista de ser una superproducción se hace difícilmente entendible y justificable, pues ya no ha sufrido la pausa forzada por la pandemia que retrasó la tercera entrega. Dos años sin una de las series más populares y queridas se hacen eternos. Y que tras tanta agonía los autores descarrillen de tal manera ha supuesto un gran mazazo para sus millones de seguidores.

Los guionistas, bajo la batuta de Laurie Nunn, han abordado la temporada final de la peor manera posible. No sé cómo se les ha ocurrido la absurda idea de abandonar medio reparto de secundarios, dejar a los protagonistas principales en el limbo, y perder el tiempo saltando a otro escenario y presentando todo un grupo nuevo de personajes con sus nuevas historias. Tenía todas las de decepcionar a los fans incluso si la jugada salía bien. Y no ha sido el caso.

Da la impresión de que el objetivo era perseguir el clásico «más es mejor», pero por el camino se han dejado lo que ya funcionaba. Sex Education destacaba por romper con los estereotipos con naturalidad y gracia a través de personajes muy humanos y cautivadores e infinidad de vivencias cercanas y entrañables. El despertar sexual de varios jóvenes contaba con gran diversidad en los conflictos dramáticos y en formas de entender la vida y la sexualidad, todo fluía con inteligencia y elegancia, y poseía muy buen sentido del humor y ritmo. Así, era una obra valiente y sensible, capaz de romper con viejos tópicos sin chocar con otros nuevos.

Ahora ha caído de lleno en muchos de los males de la corrección política, de los panfletos ideológicos que algunos intentan imponer en estos tiempos locos. Cada nueva situación, personaje y conflicto está dirigido inexorablemente a vender tal o cual cliché, tendencia y reivindicación. No importa lo que dejen por el camino. La esencia de la obra. Los personajes tan bien asentados. La dignidad misma de los escritores, y por extensión el respeto a los espectadores. Llega a dar incluso vergüenza ajena en un aspecto clave: el casting.

Con la obsesión por la corrección política tuvieron dificultades para encontrar los actores «adecuados» para interpretar cada estereotipo. Que si sordomudo, transexual en un sentido y en el otro, etc. De hecho, la tardanza en formar el reparto se usó como justificación para retrasar el rodaje. Y yo que pensaba que los actores interpretaban roles, pero ahora nos estamos yendo al extremo absurdo de que tendremos que contratar un alienígena real para hacer de alienígena. Y el resultado, como es esperable, da lástima, porque entre los intérpretes Felix Mufti, Alexandra James y Anthony Lexa no hay ninguno que dé la talla, sino más bien resultan incluso incómodos de ver, pues lo hacen fatal. Es lo que pasa cuando no se busca talento sino postureo ideológico.

Eso sí, muy valiente por ellos exponerse así en un mundo tan hostil, pero no sé si la meta de dar ejemplo de integración y respeto puede funcionar en estas condiciones: este grupo de protagonistas no podía interesar menos, de hecho, resultarán más o menos cargantes según la paciencia del espectador. Con sus historias tan dirigidas y encorsetadas no hay manera de conectar, y menos cuando su presencia es a costa de dejar de lado con descaro a muchos personajes muy queridos.

Los que quedan viven atascados en un bucle. Otis, Eric y Maeve repiten lo mismo que hemos visto en la temporada anterior, los tibios avances son rellenos predecibles que no aportan matices nuevos. La rencilla de Otis con la otra consejera sexual (Thaddea Graham) resulta cargante; los líos de Maeve en su nueva escuela se ven venir de lejos; los sueños o visiones de Eric no podían ser más repetitivos; y la tensión entre este y Otis de forzada resulta molesta.

Algunos de los secundarios que se han salvado en el naufragio tienen algo más de recorrido, y esperaba sus apariciones con más interés que las del resto. Cal, Marchetti, Adam y su padre Michael siguen explorado su despertar sexual, su ruptura de la burbuja en que vivían, su liberación. Estos dramas mantienen el sello original: resultan humanos, verosímiles, enternecedores. De hecho, el dúo Adam y Michael es lo mejor del año. Otros remanentes da la sensación de que no pintan nada y deberían haberse ido en la criba: Aimee y su romance con Isaac resulta demasiado cursi y poco sustancioso, el amago con que Viv se lía con un maltratador (Reda Elazouar) se desarrolla con enorme torpeza y no cuaja.

Algo extraño ocurre con varios, de forma que tampoco terminan de funcionar del todo. Ruby da buenos momentos como nexo entre todos los grupos y conflictos, pero por sí misma no tiene vivencias que calen. Y Jean, con los líos de bebé, el trabajo (muy maja su jefa en la radio –Hannah Gadsby-) y su hermana (Lisa McGrillis) que aparece de la nada, queda muy descolgada del resto, no se sabe muy bien qué quieren contar con ella, pero en líneas generales es una sección con bastante simpatía; pero a la vez, que no haya ni una sola aparición de Jakob y Ola no se puede entender.

El factor entretenimiento es otro punto gris este año. La vorágine de historias cruzadas, de anécdotas y dramas, deberían mantener el interés si no alto sí despierto, pero con tantas desviaciones y carencias, y con los capítulos tan largos, más de una hora algunos, se les han hecho cuesta arriba a muchísimos espectadores que estaban enganchados desde el principio, de forma que la tasa de abandono es alta. Para mí, ha sido lo suficientemente entretenida y emotiva, y posee algunos momentos de gran fuerza (el entierro, con reaparición de algún secundario de entre los eliminados), como para ser disfrutable aunque arrastre también bastante factor decepción.

También hay que destacar el excelente casting original, con una química brutal, algunas interpretaciones vibrantes espectaculares y otras contenidas conmovedoras, como las de Ncuti Gatwa, Mimi Keene y Aimee Lou Wood en el primer caso y Alistair Petrie y Connor Swindells en el segundo. Y la puesta en escena sigue siendo de primer nivel, con una fotografía de cine y gran versatilidad a la hora de moverse por escenarios llenos de personajes y extras.

Pero sí, inevitablemente la valoración es que ha resultado una temporada fallida y prescindible. El final de la tercera funciona mucho mejor como desenlace, o más concretamente, como punto y aparte, como muestra de que han madurado pero todavía les queda, pues la vida sigue.

Ver también:
Temporada 1 (2019)
Temporada 2 (2020)
Temporada 3 (2021)
-> Temporada 4 y final (2023)

NOS HA DEJADO MATTHEW PERRY

Friends marcó una época y sigue siendo una serie muy querida, así que la inesperada muerte de Matthew Perry, el entrañable Chandler Bing, ha dejado a medio mundo entristecido.

Nacido en 1969 en una pequeña ciudad del estado de Massachusetts, de madre canadiense y periodista y padre estadounidense y actor. Creció y estudió en las principales ciudades de Canadá hasta que se mudó con 15 años a Los Ángeles con su padre.

No tuvo buena infancia, se metió en muchos problemas, y no tardaron en empezar sus problemas con el alcohol. Alternó la interpretación con los estudios, y para cuando se graduó no tardó en encontrar ni le faltó trabajo, enlazando muchos papeles seguidos, algunos ya recurrentes, como Boys Will Be Boys (1987) y Sydney (1990). En 1994, contando con 24 años, llegó Friends (1994-2004) y el estrellato mundial. Tal fue el éxito de la serie que los seis protagonistas pudieron exigir un contrato muy jugoso que les ha dejado millones en derechos de autor desde entonces. Y bien les vino, porque ninguno tuvo una carrera sólida después. Perry quizá fue el que mejor se lo trabajó, con algunas cintas exitosas, como Falsas apariencias (2000), y apariciones estrella en algunas series populares (El Ala Oeste -1999-, The Good Wife -2009-). Cabe destacar su buena interpretación como protagonista en la cancelada Studio 60 (2006), serie que mereció mucho más.

Durante toda su vida luchó contra la adicción al alcohol y otras drogas, pero en la etapa de Friends fue donde peor lo llevó, algo que se notaba en sus llamativos cambios físicos. La fama y el dinero no le trajeron la felicidad, sino más soledad. En su reciente biografía se sincera y cuenta sus oscuras historias, con la esperanza de redimirse y enseñar a otros.

Falleció el sábado 30 de octubre en su casa, con 54 años, ahogado en la bañera presumiblemente tras un infarto. No había restos de las drogas más habituales en su cuerpo, aunque la autopsia y la detección de otras sustancias todavía no se ha concluido, pero sin duda tanto abuso ha dejado secuelas que han llevado a su temprano fallecimiento.

Biografía: Wikipedia. Filmografía: IMDb.

ACTUALIZACIÓN 16-12

Han salido los resultados de la autopsia.. No han detectado las sustancias habituales a las que era adicto, pero sí una cantidad demasiado alta de ketamina. Esta es un potente anestésico, pero hace pocos años se aprobó su uso como antidepresivo y en terapias contra la adicción… y como es obvio, en formatos y dosis determinadas es una potente droga. Parece que se cogió un buen colocón y se ahogó.

Me da que a las farmacéuticas estadounidenses se les acabó el chollo con derivados del fentanilo y han encontrado un sustituto legal con el que enganchar legalmente a nuevos adictos. Esperemos que la muerte de Matthew Perry ponga en alerta al mundo.