THE SPOILS OF BABYLON – MINISERIE

IFC | 2014
Comedia | 6 ep. de 23 min.
Productores ejecutivos: Andrew Steele, Matt Piedmont, Will Ferrell.
Intérpretes: Tobey Maguire, Kristen Wiig, Will Ferrell, Tim Robbins, Haley Joel Osment, Jessica Alba, Val Kilmer.
Valoración:

Esta miniserie cortísima, pues además de solo seis capítulos estos son de veinte minutos, es una parodia de las producciones de los años setenta y ochenta que narraban grandes epopeyas-drama generalmente basadas en largas y exitosas novelas (El pájaro espino, Raíces, etc.). El emprendedor hecho a sí mismo en su lucha en solitario contra hombre y naturaleza, el romance complicado y con tintes de culebrón (los hermanos se enamoran), la historia de largo recorrido (de padres a nietos), las guerras que rompen familias, los hijos bastardos, las traiciones y asesinatos, el reflejo de la época (guerras, crisis, movimientos culturales y sociales), los secretos que te llevan a la tumba, ambiciones que rompen familias, amores y despechos, distanciamientos y reencuentros… The Spoils of Babylon lo ridiculiza todo con un humor absurdo estilo Aterriza como puedas, Top Secret y los programas de sketches (números cómicos tipo Vaya semanita) de los que precisamente vienen sus creadores, entre ellos el actor Will Ferrel.

Guion y puesta en escena se confabulan en esta visión delirante del género (atención a las maquetas y la cutre guerra), pero su pilar básico son los personajes, unas representaciones completamente pasadas de rosca de los clichés más clásicos. Will Ferrel interpreta al autor de la novela y realizador de la serie, una versión exagerada de esos novelistas orondos y directores reservados e imponentes que son característicos del género; sus introducciones y epílogos son tronchantes. El padre de familia que como luchador incansable llega de la miseria a la riqueza está en manos de Tim Robbins, quien capa muy bien el tono burlesco (geniales sus miradas a la cámara). Un también hábil Tobey Maguire es el protagonista principal, el hijo adoptado que vivirá de todo hasta que la muerte lo alcanza y se pone a relatar su vida. Igual de acertada está Kristen Wiig como la hermana cuya pasión por él le lleva a cometer actos de locura. Haley Joel Osment (o el tipo que se comió a Haley Joel Osment), que no levanta cabeza desde el éxito de El sexto sentido, está fantástico en la parodia del hijo repelente y egoísta.

Empieza fuerte en los dos primeros capítulos, estampándote en la cara su humor absurdo sin límites, sus personajes tan llamativos y una serie de chistes muy acertados. El hallazgo de petróleo, la esposa tontita que se echa el protagonista para distanciarse (¡un maniquí!), los celos de la hermana ante su presencia, la maduración de él en la guerra y algunas otras escenas son divertidísimas.

Pero se desinfla rapidísimo, algo imperdonable viendo su escasa duración. Una vez expuestas las bases del relato los guionistas se quedan sin inspiración. Los episodios siguientes se sustentan por la calidad de los personajes, pues las historias solo ofrecen un par de chistes estirados de mala manera durante veinte minutos. El capítulo que representa el viaje emocional del protagonista entre drogas, música y cine, con mil referencias cultas metidas con calzador, es un coñazo que además desentona mucho, y de ahí en adelante apenas se recupera, sólo la aparición del rol de Haley Joel Osmen da para alguna buena situación. Otros secundarios, como Jessica Alba, pasan sin pena ni gloria. Los giros finales, las esperables revelaciones y muertes trágicas, eran inevitables, pero no les sacan partido. La serie termina rozando el aburrimiento a pesar de que apuntaba maneras. Quizá valiera para emitir a trozos como sketches dentro de otro programa, pero como producción independiente no tiene densidad suficiente para dejar huella.

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