Archivo mensual: marzo 2021

HA FALLECIDO JESSICA WALTER

Jessica Walter nació en Nueva York en 1941. Casi toda su familia se ha dedicado a diversos menesteres en el mundo del cine, y ella siguió ese camino estudiando para ello mientras ya realizaba algún pequeño papel, el primero a los diez años.

Veo que en casi todos los medios mencionan dos trabajos recientes, Arrested Development (2003 y la resurreción en 2013) y Archer (2009). Está claro que algunos se han limitado a citar lo más visible y reconocible actualmente, pero otros lo hacen con conocimiento: señalando que son el colofón a una carrera enorme, con 160 títulos acreditados en la IMDb. También me sorprende ver el cariño mostrado repentinamente: internet se ha llenado de noticias, recuerdos y memes a pesar de ser una actriz que nunca ha tenido papeles principales ni los focos de la prensa encima. Está claro que allá por donde pasaba se ganaba el cariño de los espectadores, de forma que aun siendo de esos intérpretes que no parecen despuntar nunca, cuando no están echas en falta su presencia.

Contaba ya con apariciones en numerosas series cuando se dio a conocer en el cine de la mano de John Frankenheimer en Grand Prix (1966). Pero participó en muy pocas películas, destacando Escalofrío en la noche (1971), que le valió una nominación a los Globos de Oro. No logró canalizar la fama incipiente, y acabó luchando por papeles secundarios en televisión durante casi toda su vida.

Destacan algunas series de gran calado, como El fugitivo (1966), Misión: Imposible (1960), Colombo (1971), Ironside (1967)… así hasta llegar a Big Bang Theory (2007). De sus papeles de mayor duración cabe señalar For the People (1965) y la voz de la madre de Dinosaurios (1991).

Sin embargo, a partir del año 2000, siendo ya una veterana, consiguió asentarse un poco más y enlazó unos cuantos personajes más relevantes y de mayor proyección: Oh Baby (1998), Sensación de vivir: La nueva generación (2008), Jennifer Falls (2014)… Y por supuesto, el que está siendo el más recordado, el de la matriarca de la pija y disfuncional familia de Arrested Development.

Falleció el 24 de marzo a los 80 años, en su casa en Manhattan.

Biografía: Wikipedia. Filmografía: IMDb.

WANDAVISION – MINISERIE

WandaVision
Disney+ | 2021
Superhéroes | 9 ep. de 26-46 min.
Productores ejecutivos: Jac Schaeffer, Kevin Feige, Matt Shakman, Victoria Alonso, Louis D’Esposito.
Intérpretes: Elizabeth Olsen, Paul Bettany, Kathryn Hahn, Kat Dennings, Teyonah Parris, Josh Stamberg, Randall Park, Evan Peters, Julian Hilliard, Jett Klyne, David Payton, David Lengel, Emma Caulfield Ford.
Valoración:

Alerta de spoilers: Presento la trama y los personajes sin entrar en detalles ni revelar giros clave. —

Llega al canal Disney+ la primera serie del universo Los Vengadores. Había mucha atención puesta en ella, destinada a asentar el canal de internet, de streaming o de video bajo demanda, como prefiráis, y darle nueva vida a dicha saga. Ha obtenido una recepción por lo general entusiasta… a pesar de ser una obra llena de decisiones muy cuestionables, de narrativa caótica y predecible hasta aburrir.

La guionista principal es Jac Schaeffer. Debutó con la comedia TiMER (2009), que también dirigió. Tras un par de cortos, co-escribió Timadoras compulsivas (2019). Ambas recibieron críticas muy tibias, así que algún enchufe ha tenido en Disney, porque ha pasado de ser una desconocida sin reconocimiento a escribir Viuda Negra y WandaVisión en el mismo año. De la ejecución se encarga un solo director, Matt Shakman, un veterano que ha pasado por mil series, aunque en un cargo más relevante, de productor y de productor ejecutivo, solo ha ejercido en varias temporadas de Colgados en Philadelphia (2005) y la reciente The Great (2020).

Tenemos nueve episodios, la mitad que ni llegan a la media hora quitando créditos, y perdemos tres en un relleno absurdo, una línea cómica que no hay por dónde agarrar. Estamos ante una parodia de algunas de las sitcoms clásicas más conocidas. Por si alguien no conoce el término, son comedias rodadas en escenario con público; antes del cambio del milenio eran mayoría, pero todavía hay bastantes, por ejemplo, The Big Bang Theory (2007). Empezamos en el estilo de los años cincuenta, en el siguiente episodio saltamos a los sesenta, luego a los setenta… Y ese es el problema: en vez de asentar una historia concreta sólo vemos capítulos enteros en plan series antiguas. No una referencia bien hilada, una escena o chiste aquí y allá, sino tres episodios. Todo sin gracia alguna, manido, aburrido. Todo fuera de lugar, todo tiempo perdido.

Es obvio que es una elaborada recreación de la poderosa protagonista, Wanda Maximoff. Pero porque conocemos al personaje y el punto de partida, si vienes de nuevas con intenciones de introducirte en este universo televisivo, te encontrarás con algo ininteligible. No hay una presentación, un punto de partida. Y conforme avanza tampoco se vislumbra una historia clara, nada lleva hacia ninguna parte, las fugaces conexiones con el mundo real no sorprenden, impactan ni generan intriga.

Y me encuentro a gente diciendo que es original. Si estoy rodando una serie de romanos y meto un episodio con alienígenas, puede considerarse original, pero es una parida sin sentido, por más malabares que haga con que si es sueño o alucinación. A pesar de su escasa duración, tal es el desatino que estos episodios se me hicieron insoportables. De acabar dándole para adelante a ver si por fin empieza la serie que anunciaban. Si quiero ver una comedia de época, me la pongo. Si vendes una miniserie de Los Vengadores, no me intentes colar otra cosa.

Pero cuando por fin empieza a entrar en materia tampoco logra sorprender, cumplir cualquier expectativa, por mínima que fuera. No muestra la madurez que ha alcanzado la saga cinematográfica, ni una madurez acorde a las series no ya de los tiempos actuales, sino de veintitantos años atrás. Para que me entendáis: todo lo que ofrece esta temporada (o miniserie, todavía no está claro) de WandaVisión lo puedes ver en un episodio de Buffy, la Cazavampiros, que nació en 1997. Pero en uno de los de relleno. De los normalitos.

Wanda ha tenido malas experiencias en la vida y se ha vuelto loca. La trama de Willow en la sexta temporada de Buffy, vamos. Como los demás Vengadores están entretenidos con algo o pasan de ella, el asunto recae en otra organización del estilo de la extinta SHIELD: SWORD. Intentando aclarar el embrollo y llegar a Wanda nos reencontramos con un par de personajes secundarios de la saga, de caché más asequible que los grandes héroes, y conocemos a unos pocos nuevos.

El agente del FBI Jimmy Woo (Randall Park), visto en Ant-Man y la Avispa, es de los primeros en llegar al lugar, y entre los ayudantes científicos encontramos a Darcy Lewis (Kat Dennings), compañera de andanzas de los protagonistas de Thor 1 y 2. Como es un caso extraño, es enviada una agente de SWORD, Monica Rambeau, hija de Maria, quien fue la amiga de Capitana Marvel y aquí nos explican que formó parte del nacimiento de esta organización. Está encarnada por Teyonah Parris, dada a conocer en las últimas temporadas de Mad Men (2007). Pero pronto toma el mando el director Tyler Hayward, quien tiene sus propios intereses. Lo interpreta Josh Stamberg, un secundario bastante reconocible en cine y series.

En el pueblo virtual, Wanda ha recreado a Visión como su esposo y a varios vecinos, de los cuales la más relevante es la metomentodo Agnes. Esta recae en Kathryn Hahn, vista en infinidad de series, por ejemplo Transparent (2014) y Crossing Jordan (2001). Por curiosidad, también se puede citar a la pija mandona, pues Emma Caulfield Ford viene precisamente de Buffy, la Cazampiros, y a David Lengel, porque su parecido con David Schwimmer (Friends -1994-) me tuvo confundido un buen rato.

La entrada en acción por fin de los protagonistas y el inminente choque entre el mundo real y la burbuja creada por Wanda levantan considerablemente el interés en los episodios cuarto, quinto y sexto. La presentación de Monica nos pone ante un personaje verosímil, humano, es decir, con el que es fácil sentir simpatía y que muestra potencial. La actriz no deslumbra, pero tiene carisma y una base prometedora desde la que partir. Darcy y Jimmy tienen química y diálogos mucho más graciosos que la poca sustancia que sacan en el tramo que precisamente versiona comedias. Hayward no genera sensaciones en singún sentido, pero el choque entre formas de enfrentar el conflicto pone a los demás implicados en aprietos que parece que darán juego.

El nivel alcanzado en este acto central no es que sea asombroso, pero viniendo de la pérdida de tiempo de la larga introducción, es una importante remontada. Parece el tardío inicio de la serie, y esperas que en adelante se lance por fin y nos ofrezcan una entrega digna de la saga Los Vengadores, aunque sea como las que fueron más justas, Iron Man 2 y 3, Doctor Strange, Ant-Man 1 y 2… Sin embargo, las esperanzas duran poco. Los tres episodios que abordan el desenlace caen en un estancamiento, una falta de ideas y de visión muy decepcionantes.

La trama no ha sorprendido hasta entonces, y se va diluyendo precisamente cuando más personajes hay en juego y podría disimularlo mejor. Y es que estos también son un desastre. En vez de madurar más allá de su presentación, se van enquistando en los arquetipos más rancios, se ahogan en diálogos, situaciones y desenlaces previsibles, simplones cuando no rematadamente estúpidos. Y lo peor, he terminado sin saber qué hacen aquí. Esto se resuelve entre Wanda, Visión y la bruja que entra como villana, el resto han estado en otra serie paralela.

Jimmy y Darcy no pasan de secundarios cómicos, y cuando no son necesarios sus chistes, desaparecen de la ecuación con todo descaro. La presencia de Monica es una excusa para introducirla en la saga, pero su aportación aquí se limita a un par de cruces con Wanda y Hayward, que de breves y previsibles son pronto olvidados, y sus poderes llegan más bien porque sí, sin ser algo que impacte al espectador y parezca haber trastocado su vida. Es decir, está metida con calzador, algo que se hace muy evidente en el tramo final, donde también se esfuma convenientemente y acaba sin aportar nada tangible. Hayward pronto se convierte en el típico jefe que hace de malo cutre, siendo cabezón y estúpido hasta resultar inverosímil y cargante. Si al menos pusiera en serios apuros a los personajes, pero lo poco que prometía se acaba limitando a peleíllas ridículas, infantiles. Los vecinos son un coñazo, los niños también, y menos Agnes todos quedan como meros figurantes.

En cuanto a la trayectoria de Wanda, como veía venir, estamos ante otro de esos casos donde el héroe no cae por completo al lado oscuro y debe ser vencido, sino que es un problemilla transitorio y al final se vuelve bueno sin muchas consecuencias serias, porque hay un un par de villanos que son los que terminan canalizando las maldades y así puede redimirse instantáneamente. Y en este caso es peor de lo habitual, se hace fatal, porque en realidad Wanda ha dejado un reguero de injusticias que no pueden recaer sin más en los otros malos, pero directamente se mira para otro lado y aquí no ha pasado nada. Wanda ya estaba aparte del mundo desde su primera aparición en la saga, así que no hay ningún cambio en su trayetoria.

El desenlace es un cúmulo de clichés y más decepciones. Tenemos la típica la batalla final a tortas sin más calado ni giros que me sacaran del tedio. Sólo se salva el momento intelectual de Visión, pero se deja abierto para recuperarlo en alguna otra de las series, así que es otra sección más que está ahí consumiendo tiempo y paciencia pero no conecta directamente con la historia de Wanda.

Aparte del delirio inicial, van viéndose negligencias en la narrativa aquí y allá. Chapuzas, huecos, decisiones absurdas. Muchas situaciones dejan cosas a medias, y los autores las recuperan más tarde con prisas y de mala manera, ya sea en escenas que llegan de sopetón donde no pintan nada, o incluso totalmente fuera del relato, tras los créditos. Una cosa es tener escenas postcréditos a modo de detalles que hagan de enlaces entre entregas (y ya en la saga cinematográfica se pasaban de la raya), otra muy distinta es generarlas con partes esenciales de la historia presente. Por ejemplo, si no has visto la escena tras créditos donde atrapan a un personaje o en la que presentan un arma esencial, en el siguiente capítulo no entenderás nada.

Pero no sólo en detalles sueltos falla, en general siguen una idea difícil de justificar y que desde luego resuelven fatal. La trama es elemental y de desarrollo harto previsible, y aun así te la machacan y explicitan innecesariamente, y por si fuera poco, cuando estás esperando que se junte todo y se lance el clímax final, se paran durante todo el octavo episodio a meter flashbacks y más flashbacks llenos de redundancias y obviedades. Viéndolo sentí vergüenza ajena, me sentí insultado, como si me tomaran por tonto. Que esta serie tan corta, superficial y vista necesite un episodio de pausa y reposicionamiento antes del final se me escapa por completo. Que vieran la necesidad de tener que explicar paso por paso las escenas del drone, el apicultor (¡todo para que no se muestre su destino!) y la radio, que den tantas vueltas para justificar lo de las sitcoms, como si no estuviera ya bien claro…

Y con todo esto lastran bastante al personaje central. Es un enorme error la idea de mostrar la vida de Wanda justo antes del final, en vez de ir poco a poco para que su personalidad y problemas se desarrollen y calen progresiva y adecuadamente, y más cuando la mitad es de sobras conocido y no se aporta nada inesperado, sorprendente. Como venía diciendo, su arco es muy artificual y ruidoso pero muy poco sustancioso: era la buena incomprendida y marginal, y sigue siendo la buena incomprendida y marginal.

Aun así, hay que decir que queda lo suficiente en Wanda y Vision como para rascar un mínimo de interés, para ganarse el esfuerzo de ver el siguiente episodio a ver si de una vez remonta la cosa. En ello cuenta muchísimo el correcto papel de Paul Bettany y sobre todo el asombroso torrente de emociones que despliega Elizabeth Olsen.

La puesta en escena es notable, lo que ayuda a pasar el mal trago, sobre todo en los momentos más espectaculares. La música de Christophe Beck es magnífica, brillante en cada cambio de registro. Los efectos especiales están un peldaño por debajo de los de las películas, pero para la televisión son excepcionales. Y las labores de dirección son muy sólidas, más teniendo en cuenta semejante mezcla de estilos, que traerían de cabeza al director de fotogafía y el equipo técnico: vestuario, peluquería y maquillaje cumplen a la perfección, con la única pega de que el maquillaje de la bruja mala es inesperadamente horroroso. Con tanto cambio de tono y escenario, tanta tecnología y efectos especiales, el presupuesto se disparó hasta, según rumores, 25 millones de dólares por episodio, siendo hasta el momento la serie más cara si contamos por episodios y no por temporadas.

Pero no es suficiente un buen acabado si el guion hace aguas por todas partes. Me ha costado esfuerzo y disgustos acabarla, y lo he hecho porque es obligatoria para estar al día con la saga. Aparte de decepcionado, de sentirme timado y haber perdido el tiempo, no soy capaz de entender qué pretendían, cómo ha podido ver la luz, y cómo hay tantos espectadores entusiasmados. Por no entender, ni entiendo a qué público va dirigida. Las referencias a sitcoms clásicas solo las pillarán jubilados o seriéfilos serios, y a la vez, la narrativa tan simplona, empeñada en explicar las cosas y darlas mascaditas, parece apuntar al público entre 7 y 13 años, pero es que también tenemos a las brujas moribundas, con un aspecto terrorífico digno de una de terror para adultos. La saga en general apuntaba al rango juvenil (a partir de 13 años) y a los de 30-40 que crecieron con los cómics. Pero aquí es como si hubieran decidido dejarlos de lado, y no para buscar un sector nuevo concreto, sino dando unos palos de ciego inexplicables.

Entre el éxito de la floja cuando no cutre El mandaloriano (Jon Favreau, 2019) como serie inicial del universo de La guerra de las galaxias y ahora este patinazo con la entrada de Los Vengadores que incomprensiblemente también ha sido aplaudido, temo muchísimo por el destino de ambas sagas. En Disney han asumido que el público traga cualquier cosa que venga con unos personajes queridos, un envoltorio vistoso, y una buena campaña publicitaria, y no tienen que esforzarse en el guion.

PD: En España se ha traducido el título como Bruja Escarlata y Visión, pero no porque por fin hayan decidido pasar de dejar los originales cuando hay traducciones obvias, sino por derechos de autor, hay una marca que se llama Wandavisión, concretamente un estudio de cine. Pero a la vez se da el caso de que el original cala rápido porque es breve y pegadizo y tiene un doble significado, y se está conociendo más así.
PD2: Otra salida de tono incomprensible es la aparición de Pietro, o sea, Mercurio o Quicksilver, con el rostro de Evan Peters, el de la saga X-Men, en vez de quien lo interpretó en Los Vengadores: La era de Ultrón, Aaron Taylor-Johnson. Parecía anunciar la fusión de ambas series, pero al final es otro truco barato que no lleva a nada.

Ver también:
-> WandaVision (2021)
Falcon y el Soldado de Invierno (2021)
Loki 1 (2021)
Ojo de halcón (2021)
Caballero Luna (2022)
Ms. Marvel (2022)
She-Hulk: Abogada Hulka (2022)
Invasión secreta (2023)
Loki 2 (2023)
Echo (2024)