NBC | 2009 Productores ejecutivos: John Wells, Ann Biderman, Christopher Chulack. Intérpretes: Michael Cudlitz, Ben McKenzie, Regina King, Kevin Alejandro, Arija Bareikis, Shawn Hatosy, Michael McGrady. Valoración: |
Resulta que esta primera temporada de Southland consta tan sólo de siete episodios, así que ya que estaba a medias la terminé. Sin embargo mi opinión sigue siendo exactamente la misma que la que escribí para las primeras impresiones, y si no cambia el rumbo de la producción no seguiré viéndola.
Como indicaba tras ver su inicio Southland no aporta nada a un género ya muy machacado, y quizá por ello sus artífices buscan diferenciarse en la puesta en escena. Pero no lo consiguen. El tono de cámara en mano tratando de imitar a un documental realizado sobre la marcha (a ese respecto, lo de los pitidos para ocultar palabras malsonantes me parece una soberana gilipollez) peca de ser demasiado aparatoso, artificioso. ¿Qué aporta a la narración que, en una conversación sencilla, la cámara se ponga a jugar al escondite detrás de muebles y otros objetos? Nada, si acaso todo lo contrario: marea, distrae, y el interés que tuviera el diálogo se pierde porque no se pone énfasis en él, sino en hacer malabares visuales absurdos.
Pero el problema más grave es otro: el formato de la narración. Cada capítulo se construye mediante escenas breves, brevísimas, de las que muchas no superan ni los treinta segundos. En esas condiciones no da tiempo a contar nada, o debe hacerse de forma esquemática y superficial, y al final de los siete episodios se nota: no ha habido ninguna trama destacable (solo la de la testigo tiene cierta longitud, pero apenas muestra contenido y mucho menos despierta interés alguno), todo son anécdotas triviales, mientras que de los personajes se ha hablado poco o nada. No puede ser que en todos los capítulos nos cuenten exactamente el mismo detalle de cada personaje. No es que no hubiera avance, es que terminan siete episodios y aún no hay un solo protagonista que transmita algo. Tampoco puedo hablar de un buen o mal trabajo actoral por lo ya comentado sobre realización y la fórmula narrativa: no hay tiempo nada más que para soltar un par de frases por escena y si tienen suerte la cámara les ha enfocado de refilón. Con este formato lo único que consiguen es que cada capítulo parezca el típico resumen de antes de los créditos.
El final, como era de esperar, incluye un golpe de efecto para que nos interesemos especialmente por el retorno de la serie. Sin embargo está en el tono de la misma: muy visto, nada sorprendente, mostrado con frialdad y con más interés en triquiñuelas visuales que en dar alguna forma concreta a la escena (se olvidan de tratar de crear tensión).
No puedo decir que sea mala serie, es un entretenimiento con potencial, pero mientras sigan por caminos tan trillados, no se centren en contar algo concreto y presten más dedicación a la escenificación no van a obtener una producción remarcable.